jueves, 21 de octubre de 2010
Cantares de un desarrapado
Tú tienes terrenos y fincas,
yo playas, jardines, la calle,
tú siempre asciendes, brincas,
yo quieto saboreo el detalle.
Tú te cobijas bajo la luz eléctrica,
yo bailo con el sol,
mi figura te parece tétrica,
yo para mirarte necesito alcohol.
Tú hojeas los titulares,
yo los escudriño y son mi manta,
tú tienes de todo millares,
yo sólo mi alma santa.
Tu mollera es de bombilla,
por tantos males de cabeza,
mi cabellera greñosa es santa villa,
de piojos, garrapatas y maleza.
Yo vivo con un can,
tú acaricias a un esclavo,
yo comparto con él mi pan,
al tuyo le cortaste el rabo.
Tu mansión es silenciosa,
enorme y vacía para cada habitante,
yo poseo la cosa más preciosa,
la compañía de cualquier viandante.
Pero algo nos une en menor medida,
aunque en distintas formas,
somos aduladores de la bebida,
yo tomo, tú tomas,
¡Así es nuestra vida!
Por las noches me cobijo con mi litrona,
y me tapo del viento con el manto celeste,
mientras tú, con gigante copa en tu poltrona,
esperas sediento la llegada de una desdichada alma del este.
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