sábado, 17 de mayo de 2008

Endemoniado

Un demonio se ha apoderado de mi inocente alma, así lo ha hecho. Lo noto en lo más profundo de mi ser, nada puedo hacer. La tarea más insignificante se convierte en un arduo desafío, me tiembla el pulso, la cabeza quiere estallar, y mi lengua no cesa. No dejo de hablar, de gritar, de cantar. El alma endemoniada no me deja descanso, no hay tregua. Hay algo bello, detrás de todo este mundo de sombras y formas, pero los ojos que tengo no me lo dejan ver, mi endiablado inquilino me los ha transformado y ahora no sirven más que para ver la maldad.
Mi ser "bondadoso" parece estar bien preso, parece que se asfixia. Qué desgracia! Qué tiranía la del mal. Todo me irrita, mi propia voz, mis propios pensamientos, busco culpables y encuentro la respuesta más desalentadora: todos, incluido yo. Es el ser humano una enfermedad? ¿Cómo pude tener otros momentos de tan intensa alegría y ahora estar tan dominado por el reino de las tinieblas?Crispación, odio, rabia. Por favor Tierra enseñame a meditar, dame un rayo de luz para erradicar mi creación de Oscuridad. Ayuda!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero más textos, son una gozada. Estos mini cuentos, muy bien.
Aplaudo.

Marc