domingo, 26 de septiembre de 2010

Veredicto: Lobotomía

El juez todo esqueleto,
con talante de reto,
no inspira confianza.

Testigos pérfidos y falsos,
inventan sus relatos,
por el bien de la panza.

La estancia incolora,
ahoga a toda hora,
y el tiempo no avanza.

Fuego fatuo juguetón,
baila sobre un sternón,
¡dramática danza!

¿Es cierto? ¿Será posible?,
¡Pobre de mi ser sensible!,
prefiero de oreja a oreja una lanza.

¿Cómo exigen esta sangría?
La pena de la lobotomía,
¡Es una matanza!.

Ya silba el taladro,
macabro cuadro,
¡Maldita esperanza!

Ríe ahora que me abren la cáscara,
ríe y ahógate en tu máscara,
¡Ay de mi pobre calabaza!

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