domingo, 9 de marzo de 2014

En medio de la noche

Y en medio de la noche grita el wapp. ¿Por qué no lo apagaré? La respuesta me denigra, no la respondo y me incorporo. Los ojos de chino a penas me dejan leer el chat que se abre por primera vez.
Veo mi propio número. Lo reconozco aún a estas horas de la madrugada. Dice:

-Hola Jorge

Me propongo preguntar “¿quién eres?”, pero reconozco mi número. Espera…¡tiene foto el contacto! La abro, la luz me ciega.
Se me para el corazón y las sábanas se pliegan como olas de mar: “¿No soy yo? ¿Yo con cien años por lo menos?” Viejo, viejo como matusalén, como una piedra.

Escribiendo…
-¿Cómo va eso? ¿Qué te dijo ayer el jefe?

Los dedos se me tensan y agarrotan como salchichas congeladas, el corazón palpita fuera de sí.

Escribiendo…
-Ya no tengas miedo, igual estás solo ahora, no? ¿Por qué no escribes un cuento?


La sangre no circula por mis venas. Son las tres de la mañana y todo es sombra sin existir siquiera la luz. Echo un vistazo a la aterradora pantalla y el contacto fantasmagórico ya no luce la horrible foto de las arrugas, en su lugar el icono predefinido de una silueta blanca en un fondo gris y ni rastro hay de comentario alguno, solo aparece como un epitafio debajo de mi número “últ. vez 25 de enero de 1988”, la fecha de mi nacimiento, mis manos toman el control de mi alma colapsada y empiezan a escribir “Y en medio de la noche grita el wapp…”

1 comentario:

Unknown dijo...

Me sigues sorprendiendo! Qué bueno está!